Siempre y nunca.

Si y no.
Si y quizá.
No y tal vez.
No y jamás.
Si y nunca.
No y siempre.

Me encuentro sumergida en un vaivén de emociones, de sentimientos que se alternan inesperadamente, de realidad falseada y de mentiras enmascaradas.
No entiendo nada. No sé cual es la solución final ni conozco el desenlace de esta historia.

Es un no disfrazado de sí. Es un sí encubierto de "noes" que se niegan mutuamente.

Y cuando parece que todo ha terminado, que la luz está cerca, que ya no volvemos a caer, de repente aparecemos en nuestros respectivos caminos. Y cuando parece que no va a ocurrir nada novedoso, que la historia empieza a ser reiterativa, que los sentimientos ya no se alteran, que las canciones ya no nos describen, entonces volvemos a cantar al unísono y yo no puedo evitar corear a tu llegada.

¿Cuándo va a parar ya todo esto?

Creo que siempre serás el único objetivo que nunca cumplí, y seguramente por eso seas mi mayor desafío, mi reto supremo, mi deseo más escondido, mis ganas mejor enmascaradas.

Siempre fuimos el uno del otro, aunque no lo supieramos.
El hilo rojo del destino nos unió hace demasiado tiempo y aunque intentáramos córtalo más de uno vez... nunca pudimos. Y por eso estamos aquí, en este punto sin retorno, en esta situación reproducida constantemente, en una estación sin parada, en el recuerdo de todas las veces que pudo haber sido pero no fue.

Y ahora, después de tantos hechos, de tantas despedidas y reencuentros, de tantos perdones y malentendidos, de felicidad ignorada, de sensaciones ocultadas, de obviedades complejas... después de todos estos años aquí seguimos; dispuestos a empezar la misma historia hasta cansarnos. pero, ¿algún día nos cansaremos? ¿o es que ya no podemos vivir al margen del otro? ¿o quizá sea que en el fondo nos gusta este maldito juego que hace tanto empezamos? ¿ o puede que si haya una solución al laberinto de nuestros sentimientos? 

Supongo que no tengo respuesta a esas preguntas. Yo solo sé que tú me hiciste fuerte, porque la chica que empezó ese juego no es la misma que va a acabarlo. No, ella es distinta; ella es fuerte gracias a todos los quebraderos de cabeza y sus esfuerzos por entender esta situación tan enrevesada que empezó hace mucho... hace mucho.