<<Nosotros no somos como ellos; nunca lo fuimos y te aseguro que nunca lo seremos.>>
Estás en frente de mí. Me miras fijamente sin saber muy bien
que decir. Prefieres que el silencio se haga dueño de la situación. Sé
perfectamente lo que ronda por tu cabeza. Lo recuerdas todo, al igual que yo y
por esa misma razón ninguno de los dos nos hemos marchado.
Querido, confesaré que te he echado de menos. Las noches se
hacían interminables sin el calor que nuestros cuerpos desprendían al entrar en
contacto.
No sé exactamente qué debería hacer. Mis extremidades
comienzan a cobrar vida y me llevan lejos de ti. Pero esta vez no estoy segura
de si continuarás ese famoso juego que empezamos aquel verano…
<<Eres la única capaz de volverme loco>>
Ya no me sorprendo de volverte a encontrar. Sé de sobras que
no se puede luchar contra el destino. Te observo desconcertado. El tiempo ha
ejercido su trabajo en ti. Estás distinta, aunque he de reconocer que tú
siempre fuiste diferente. Quizá por ello nuestros caminos convergieron aquel
verano.
Querida, confesaré que te he echado de menos. Los inviernos
eran aún más fríos si no eran tus manos las que dibujaban esos infinitos por mi
espalda.
Y sí, vuelvo a seguirte entre las calles que cada verano son
testigos de este quebradero de cabeza que es nuestra relación. Y sí, aunque
pasara mil y una noches sin tenerte entre mis brazos, en el momento en que
nuestras miradas se fusionaran desatarían el huracán más atroz que jamás arrasó
este planeta.
<<Somos un secreto que no puede ser expuesto>>
Has vuelto a hacerlo y a pesar de que mi corazón dé gritos
de júbilo, me muestro impasible. Nunca podíamos hablar de amor ¿recuerdas? Lo
nuestro solo debía ser un amor de verano, uno de esos que se viven una vez y
luego se olvida… pero el destino no tenía planeado eso para nosotros.
Querido, confesaré que contigo soy yo misma, que si quiero
gritar al horizonte tú gritas conmigo, que si necesito soñar despierta tú me
cuentas tus sueños más recónditos, que si esto es amor no quiero que vuelva a
ser otoño.
Lo sé. Sé que no puede ser posible, pero… ¿y sí? Nada.
Olvídalo. Bésame y hazme evadirme de todos los días que taché en el calendario
para volver a verte.
<<Solo baila>>
No puedo evitarlo. Es imposible no caer en la tentación de
mirarte de reojo. Estás en la pista de baile con tus amigos. Siempre me encantó
tu risa y tus ganas locas de bailar, aunque no supieras qué canción era. Te
gustaba ser libre. Hablabas de la libertad como tu mayor tesoro. Eran esos
momentos en los que me enamoraba más de ti. Pero dolía; dolía en lo más
profundo de mi alma porque también eran esos momentos en los que me daba cuenta
que a un espíritu libre no puedes atarle, y mucho menos amarrarle con un amor
eterno.
Querida, confesaré que contigo soy otro, otro que te quiere
como el primer verano; pero no te pide que te quedes, otro que de vez en cuando
te busca en otras a pesar de que jamás lo logrará, otro que conoce lo que tu
sientes por mí; pero sabe que las relaciones nunca serán lo tuyo.
Lo sé. Sé que lo nuestro es distinto a todo lo que hemos acontecido,
pero sigue doliendo cada otoño…
<<Lo nuestro es infinitamente más intenso que cualquier historia de amor que se entremezcle en nuestro camino.>>
Te amé. Me amaste. Nos amamos. Nos amamos de una manera que
nunca sentirás con otra, de una forma que ha querido salir toda su vida a la
luz pero que al mismo tiempo debe ser ocultada.
Querido, no digas nada. No les cuentes a los demás que yo
fui la culpable de los dos botones perdidos de tu camisa, de ese pequeño
arañazo que sobresale por tu cuello, de ese desprecio que sientes a cualquier
mujer que te pide algo más que una noche llena de pasión, de esa imposibilidad
de fijarte en otra. Porque ellas no son yo, ellas no tienen mi nombre, ellas no
llevan mi esencia, ellas no te vuelven loco. No.
<<Este es el final.>>
El final de una historia que solo fue vivida varios
veranos, pero que fue sentida todas dos vidas. El final de algo que no tiene un
comienzo claro, pero que ha persistido en nuestra mente constantemente. El
final de otro capítulo de esta historia que desquebraja cada intento de ser
cabal. El final de sentirnos libres estando unidos. El final de verano, pero te
aseguro que no el nuestro. No querida, recuerda que el verano puede acabar,
pero siempre vendrá uno nuevo…
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