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domingo, 22 de mayo de 2016

Obsesionada.

El tiempo pasa tan lentamente para los que esperan. No hay tiempo para vacilar. Los que corren parecen tener toda la diversión. Estoy atrapada y no sé que hacer.

Las manecillas del reloj se retrasan cada vez más, se van deteniendo poco a poco quedándose en el mismo punto muerto que me quedé yo hace tantos meses. 

Mis pasos me detienen en un lugar del que no puedo escapar. Todo a mi alrededor se va alejando de mi y yo solo puedo gritar que me espere, pero yo todavía sigo estancada en la obsesión más grande de este mundo. 

Sigo quieta sin poder mover ninguna articulación. La gente experimenta, ríe, vive y yo me quedo paralizada en las arenas movedizas de tu recuerdo. Y yo solo quiero correr pero no puedo, pero las piernas están muertas, pero mi mente no se quiere alejar de lo que más me mata, pero la obsesión es tan grande que ya solo me queda sobrevivir. 

Cada pequeña cosa que dices o haces, cada deseo o acción, cada metáfora o realidad, cada intento desesperado que acometes me lleva más a la locura. 

Y no puedo seguir así. No llores por mí, porque encontraré mi camino, aunque a día de hoy esté petrificada en una oscilación de perdones y de falsas esperanzas. 


El tiempo pasa tan lentamente para los que esperan. No hay tiempo para vacilar. Los que corren parecen tener toda la diversión. Estoy atrapada y no sé que hacer.

Estoy tirada en el suelo siendo testigo de cómo se proyecta ante mis ojos la película de todas aquellas personas que me rodean mientras yo solo estoy tumbada. Y eso es lo que me mata, que yo quiero seguir adelante pero algo me paraliza y ¿qué es?

Me replanteo el enigma que ha acompañado a mi vida desde que tengo consciencia pero sigo sin poder resolverlo. 

Las manecillas del reloj siguen deteniéndose cada vez más y no puedo escapar. El tiempo juega en mi contra y a mi me han desaparecido los ases de la manga.

Quiero salir corriendo de aquí, pero como he repetido un millón de veces no puedo. ¿Y qué me lo impide? 

Las películas de los demás siguen su curso y la mía ha sido destrozada por las confesiones de un corazón que nunca aprendió el significado de amar. 


El tiempo pasa tan lentamente para los que esperan. No hay tiempo para vacilar. Los que corren parecen tener toda la diversión. Estoy atrapada y no sé que hacer.

No puedo seguir esperándote. Y sé lo que quiero. Y sé lo que debo hacer. Y sé lo que mi corazón ahora me dice de verdad. Y sé lo que el resto de la gente ha olvidado. Y sé lo siento. Y sé lo que me está gritando mi conciencia. Y sé el pacto que han hecho mis sentimientos con mi consciente. Y sé que yo también estoy de acuerdo. Y sé que quiero salir de esta situación ya. Y sé que lo he intentado y hasta casi lo consigo. Y sé que el tiempo sigue jugando en mi contra y que tengo que ser más rápida que él. Y sé que las maletas ya están hechas. Y sé que quiero quemarlo todo. Y sé que no tengo ningún tipo de nostalgia. Y sé que de verdad quiero hacerlo. Y sé que necesito que llegue el fin. Pero sigo sin poder moverme.




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