Translate

sábado, 20 de enero de 2018

El punto de inflexión.

Llega un momento en tu vida (el cual pensabas que jamás sucedería) que todo te satura, que hasta lo más insignificante te ahoga, que no aguantas ninguna insidia y mucho menos hipocresías.

Ese momento es como un punto de inflexión ¿sabes? Es como si a partir de ahí todo en ti cambiara, aunque lo de tu alrededor siga tan monótono como de costumbre.

Sientes como si algo te oprimiera el pecho, como si estuvieras gritando y nadie te oyera, como un revoltijo de emociones que se presentan, se despiden y vuelven a reaparecer al cabo de un tiempo. Es una sensación extraña y con la cual no sabes lidiar.

Tus puntos de vista dan un giro de 180º. Te dejan de importar cosas (e incluso personas) que antes venerabas con especial devoción. No sabes ni siquiera como has llegado a esta situación, hasta tal estado en el cual parece como si tuvieras un aplanamiento afectivo, en otras palabras; te importa todo una puta mierda. 

Es gracioso porque seguro que muchos dicen "ah sí, yo sentí eso mismo el otro día". Pero no. Os aseguro que no es solo cosa de dos días. Es de mucho más. 

Empieza con un mero sentimiento de tristeza y desencadena en emociones contradictorias. A todo eso se le suma la increíble fuerza de voluntad que tienes que echarle para fingir que sigues bien, que todo en tu vida progresa adecuadamente,  porque claro... ¿quién va a querer estar al lado de alguien que esté jodido por dentro? Nadie, esos solo son unos aguafiestas.

¿Y sabéis lo más sorprendente? Que habrá personas que digan "¿por qué no me contaste nada? te habría ayudado...?" Pues porque no. Como he dicho, hay un gran aplanamiento afectivo; no sientes la necesidad de contarlo a tu libre albedrío, no tienes ganas de sacar la mierda a pasear para luego tener que encerrarla de nuevo en el cajón, no te apetece decir nada porque hay veces en las que incluso llegas a concebir la magnífica idea de que puedes afrontarlo "by your own", así; en inglés, porque el inglés siempre queda más curtido.

Y no te creas que es una idea tan descabellada porque esa falsa seguridad a veces te saca de muchos aprietos.

Luego vienen cuando la matan, es decir, cuando te dicen:
- "Tía has cambiado": ¿Qué he cambiado? No hija mía no, no he cambiado; a mi me han cambiado; que es algo muy distinto. 
- "Tía estás más borde": Hombre es que si quieres me pinto una puta sonrisa en la cara cuando lo único que quiero es fugarme de aquí.
- "Tía que pasota te has vuelto últimamente": Para aguantarte a ti mejor ser así.
- "Jo ya no te ríes tanto": Si quieres me río de ti, que me lo pones a huevo.

Todas esas afirmaciones son fruto de la falsa creencia de que el dolor solo se manifiesta en el momento del impacto, es decir, que solo tienes derecho a estar jodido un par de días, semanas meses, etc; depende de cuan grave sea la pérdida. Pero tú de que vas creyéndote dueño de mis sentimientos y diciéndome a mi con tu vaga concepción de la vida que no esté triste. Si yo no estoy apesadumbrada, yo lo que estoy es cabreada porque imbéciles como tú creen que por el hecho de que tengas un par de ovarios, te levantes todas las mañanas con fuerza (aunque poco a poco se te vaya apagando), finjas que vaya todo sobre ruedas se crean que no tienes derecho a rendirte de vez en cuando. ¿De qué coño vas?

Y no me gusta rendirme. Jamás en mi vida  me lo he permitido, aunque confesaré que en determinadas circunstancias lo he deseado con toda mi alma. Pero no lo he hecho. De alguna manera u otra he seguido con mi par de ovarios, el cual he mencionado anteriormente. Por eso creo que estoy escribiendo todo esto, porque ya no soporto callarme según que cosas, porque estoy rodeada de falsedad y ya no puedo más.

No. No penséis que busco vuestro consuelo ni que por vuestra cabeza pase el fugaz pensamiento de "pobrecita". No. Me importáis una mierda ¿recordáis? Solo quería dejar constancia de que esta sensación existe y de que muchas personas (más de las que creéis) la siente y eso da realmente pavor. Miedo porque te cambia entera, te devora y no deja nada de ti, nada de tu antiguo yo y es realmente aterrador...

No hay comentarios:

Publicar un comentario